El lunes por la noche estuve viendo la entrevista que le
hicieron en Televisión Española al líder de la oposición, Alfredo Pérez
Rubalcaba. Tras haber escuchado la semana anterior explicar al Presidente Mariano Rajoy, en el mismo programa televisivo, la causa y consecuencia de todas las
medidas que se están llevando a cabo para solucionar la situación tan
dificultosa por la que atraviesa el país. Admito que esperaba con cierto
interés las palabras de Rubalcaba, quizá como líder de la oposición y miembro
del anterior ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, tuviera algo
interesante que decir, algo nuevo que aportar, el tiempo y el espacio estaban a
su favor, era el momento de hablar.
Cincuenta minutos más tarde, tras terminar su entrevista, me
sentía igual que cuando comenzó. Seguía esperando que Rubalcaba explicara algo
acerca de los errores que cometió el anterior gobierno socialista. ¿Casualidad?
Solemos contentarnos pensando, cuando no se cumplen nuestras expectativas, que
quizá el resultado se deba a una simple casualidad; pero en este caso no.
¿Podría haber sido casual, que en la anterior entrevista, Mariano Rajoy no
hubiera afrontado alguna pregunta incómoda? Todos sabemos la respuesta; y aun
así, pese a que hubo preguntas de tal tipo, el Presidente las afrontó,
simplemente por el cargo que ocupa y el compromiso inherente que conlleva. ¿Por
qué entonces Rubalcaba no lo hizo?
Quizá alguien podría pensar que no hubo preguntas relativas
al tema de los errores, pero se equivocaría; hasta en dos veces le llegaron a
preguntar qué parte de responsabilidad tuvo el anterior ejecutivo en la crisis
y en qué falló el gobierno socialista. Y ante tales cuestiones, aparecían respuestas
que no aclaraban nada y que no comprometían a nadie; parecía que todos los fallos se habían producido por pura casualidad. De hecho, y para ser más precisos, la
responsabilidad en la crisis para él, actualmente, era del actual gobierno y
los fallos no los produjeron ellos cuando gobernaron, sino que provenían de
Europa. ¿Casualidad en las respuestas? Demasiado casual sería, sobre todo tras
escuchar voces como las de José Blanco o Elena Valenciano, donde exoneraban de
cualquier responsabilidad al gobierno de Rodríguez Zapatero.
Siendo del todo claro admito, que a diferencia de lo que vi
en la entrevista a Rajoy, en ésta Rubalcaba no me alteró en ninguna de las
cosas que dijo, estuvo en todo momento bastante previsible. Como previsible se
comienza ya a ver la actitud el excéntrico Michael O´Leary, Consejero Delegado
de la aerolínea de bajo coste Ryanair, quien tras recibir diversas críticas negativas
por parte de controladores aéreos, pilotos, asociaciones de consumidores y hasta
el propio Ministerio de Fomento, ha amenazado con emprender contra ellos acciones
legales por difamación a su empresa. Tras explicar, eso sí, que los incidentes sufridos
se deben al azar y la casualidad. Incidentes que parecerían casuales si la
compañía no se encontrara en el número uno de expedientes de la Agencia Estatal
de Seguridad Aérea, con 1.201 incidentes y 15 deficiencias graves en España,
solo desde enero a junio de este año.
Y es que, muchas veces lo que se intenta presentar como una mera
situación casual no es más que un intento por ocultar una verdadera
responsabilidad en los errores cometidos. En el peor de los casos, la mejor
opción siempre es asumir la responsabilidad y trabajar por la solución de los
problemas, porque en ellos nunca nada es casualidad.