miércoles, 13 de febrero de 2013

Hombres de negro, hombres de blanco



Desde el inicio de la crisis económico-financiera de nuestra era y mucho más aún, a partir de que la Unión Europea rescatara a Grecia, Irlanda y Portugal, a raíz de sus problemas de deuda soberana; ha vuelto a ponerse de moda el término de los “hombres de negro” para referirse a esos funcionarios pertenecientes a la Troika, equipo formado por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, encargados de revisar “in situ” que se cumplen las condiciones pactadas en el rescate y que el país rescatado en sí va recuperándose para poder hacer frente a los pagos de su deuda. Este término ya tuvo su éxito allá por la segunda mitad del siglo pasado en Estados Unidos, cuando en plena guerra fría, el miedo a una invasión llegó a elevarse a tales cotas que hizo aparecer tesis y leyendas de invasión interplanetaria, poniendo de moda el llamado “fenómeno OVNI” y llegándose a crear una vasta producción cultural, en la que se mostraba a estos presuntos agentes secretos gubernamentales (o extragubernamentales) encargados de ayudar a ocultar una hipotética presencia extraterrestre en la Tierra.

En estos días el término ha vuelto a sufrir una variación semántica después de que el líder de la oposición de nuestro país llevara a cabo la propuesta de crear una Oficina Antifraude, con inspectores o funcionarios incorruptibles, que tengan como labor la de ir de despacho en despacho, como si fueran auténticos “hombres de negro” para que los cargos públicos que quieran corromperse tengan miedo a las consecuencias. Analizándolo detalladamente quizá la propuesta no sea descabellada; pero no me queda otra opción más que dedicarle ese mismo calificativo, puesto que esa labor ya la realizan, y de manera muy competente, los encargados de combatir el fraude y la corrupción en nuestro país: la Fiscalía Anticorrupción, con sus diversos inspectores administrativos, apoyados por los miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Sería una propuesta a llevar a cabo en el supuesto caso en el que no existiesen en nuestro país los mecanismos suficientes para combatir el fraude o la corrupción política; pero dado que existen, no quiero pararme  a pensar cuáles fueron las causas que le llevaron a lanzar dicha propuesta, mucho más a sabiendas de que su puesta en funcionamiento supondría crear una duplicidad más en esta ya tan duplicada o triplicada administración en cuanto a competencias, y dudo mucho más que dicha propuesta fuera un lapsus por su parte, sobre todo viniendo del que fue Ministro del Interior durante cinco años.

Más que proponer crear una Agencia Gubernamental de Hombres de Negro, con todo lo que pueda conllevar en gasto su creación y puesta en funcionamiento, lo que tiene que hacer la oposición, y el resto de partidos políticos, es apoyar y fortalecer la “Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno” que va a llevar a cabo el Ejutivo; para que así, de una vez por todas en nuestro país haya una ley que controle la inversión del dinero público, refuerce la responsabilidad de los gestores en el ejercicio de sus funciones e inspeccione las cuentas y las declaraciones de bienes de todos aquellos que tienen acceso a la utilización de esos recursos económicos que, frente a lo que algunos creen, son de todos. Por eso abogo desde aquí a que no se promueva crear ningún grupo de hombres de negro, secreto ni clandestino, sino que más bien, todo el oscurantismo que lleva el traje de algunos políticos, se lave en el mayor ejercicio de transparencia que es esta nueva Ley, para que así quede patente que los gestores públicos y políticos de nuestro país son verdaderos hombres de blanco, inmaculado e impoluto de corrupción.


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