Es de sobra conocida la situación por la que pasamos desde
hace un tiempo los funcionarios en este país. Con la falta de previsión y la
mala praxis del anterior Gobierno del Presidente Rodríguez Zapatero, se sufrió
la enésima congelación salarial y el primer recorte en el sueldo de este
colectivo de la historia. A raíz del siguiente cambio de Ejecutivo, y tras
descubrirse el pufo de déficit real del Estado ocasionado por el anterior gobierno,
se promulgaron con carácter de urgencia las medidas de congelación del salario,
además de la supresión del complemento extraordinario de Navidad en 2012;
medidas éstas excepcionales llevadas a cabo con el fin de intentar cuadrar las
cuentas y con el propósito de ser reembolsadas por medio de beneficios fiscales
y repuestas una vez se empezase a ver alguna mejora en el sistema nacional de
cuentas. La hemeroteca no miente y el pasado 24 de octubre el Presidente Rajoy
anunció en el pleno del Senado la reposición de las pagas extraordinarias de
Navidad ya en este año; además de prometer que en cuanto pudiera mejoraría la
situación de dicho colectivo, al que ya se le había pedido un "notable
esfuerzo".
La sorpresa ha saltado esta mañana con las noticias, y mi
preocupación se ha acrecentado cuando, la Consejera de Hacienda de la Junta de
Andalucía ha afirmado que no descartaba volver a recortar los salarios de los
funcionarios andaluces, así como llevar a cabo la supresión de las pagas
extras. Volvemos entonces a encontrarnos con dos maneras de hacer política. La
de aquellos, que dadas las difíciles circunstancias intentan desde Madrid
arreglar el problema que ellos no provocaron, pero que se encontraron al llegar
al Gobierno, intentando perjudicar lo menos posible al ciudadano y llevando a
cabo un ejercicio máximo de compromiso con el futuro estable de nuestra nación.
Y la de aquellos, compañeros de partido de los artífices de la nefasta
situación nacional y herederos de la mala situación por la que pasa Andalucía,
que se empeñan en seguir recortando servicios con el fin único de mostrarse
ante la opinión pública como víctimas de una política coyuntural diametralmente
distinta a la suya, y gracias, que desde Madrid trata de hacer encaje de
bolillos en esta España autonómica (para muchos paradigma de la utopía federalista
necesaria) que anda a varias velocidades económicas según el símbolo del
gobierno autonómico que les toque a los ciudadanos.
Mi cuádruple preocupación entonces es:
-¿Dónde están en Andalucía esos sindicatos de clase que
tanto se movilizaron cuando Rajoy suprimió la paga de Navidad en 2012?
-¿Qué argumentos esgrimirá la Junta cuando Rajoy reponga la
paga extraordinaria a los funcionarios estatales este año?
-¿Hay derecho a que un mismo colectivo a nivel nacional como
es el funcionariado sufra la mala gestión del gobierno autonómico que le toque
en suerte o desgracia?
-¿Seguirá habiendo entre la ciudadanía individuos a los que
les parezca no solo bien, sino además necesaria, la rebaja del salario de los
funcionarios, dado el carácter indefinido del contrato de los mismos?
Las respuestas en las próximas entradas de la realidad.
PD Agradeceros a todos los que me leéis y disculpas por la
espera veraniega. Semanalmente un comentario más sobre la actualidad.
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